Paco Cabrera
21/01/2024
Una nueva muesca en el revólver de Pimienta. El devorador de registros apunta al club más laureado del mundo. Este sábado, desde las 15.15 horas (Movistar LaLiga TV), la UD recibe al Real Madrid de Vinícius en el Gran Canaria en un pulso de impacto mundial. Puede convertirse en la contienda del año y del siglo. Los amarillos nunca han ganado al gigante blanco en el recinto de Siete Palmas y la última ocasión que sucumbió la multinacional merengue en la Isla fue en 2001 en el Estadio Insular (4-2, con tantos de Jorge Larena, Pablo Lago y Rubén Castro).
El estratega barcelonés García Pimienta, tras conquistar el ascenso, ha logrado catapultar a Las Palmas a una meritoria octava posición. La guillotina del descenso queda a una distancia kilométrica: 16 puntos. Contar con 31 unidades en el casillero pío pío invita a soñar con la épica. La proeza es factible.
Es la batalla de los contrastes. El tope salarial más bajo de LaLiga EA Sports, los amarillos han invertido 27 millones en su plantel, ante el campeón de catorce ediciones de la Champions y que maneja un techo salarial de 727 kilos. El cuadro del preparador italiano Carlo Ancelotti, segundo en la tabla, tras la goleada del Girona al Sevilla en Montilivi, pierde a Bellingham por sanción federativa.
El primer elemento de fe, es el rigor defensivo del régimen Pimienta, así como el grandísimo nivel del Zamora Valles y Mika Mármol. Sin obviar, la temporada de Sergi Cardona y Álex Suárez. El cuadro isleño ha recibido 17 dianas en 21 jornadas y es el segundo menos batido de la competición tras el propio Real Madrid (13).
La formación isleña encadena dos jornadas sin encajar y ha dejado la portería a cero en seis ocasiones en el campeonato -cuatro de local-. Ante los blancos, el lateral internacional mexicano Julián Araujo cumple su tercer partido de castigo federativo y Pimienta se ve obligado a repetir once por tercera jornada consecutiva -Suárez, Herzog, Mika, Sergi Cardona, Máximo, Kirian, Javi Muñoz, Sandro, Moleiro y Munir El Haddadi-.
El dato de 17 goles en contra encumbra a Pimienta. Así como el que conquistó en Vallecas. Acabó con una sequía de veinte años sin ganar en el estadio franjirrojo, así como la falta de victorias en Madrid con la UD en Primera desde 1969 -se batió al Atlético-. De la disciplina al efecto bombonera. Otro de los méritos del estratega barcelonés, debutante en Primera, es convertir un congelador como el Gran Canaria en un cementerio de colosos. Dio con la fórmula mágica al dinamitar al Atlético de Madrid del Cholo Simeone.
Con una presión salvaje, nadie recupera como los legionarios de Pimienta (245) en el ático del balón. Así sorprendió a los colchoneros para pulverizar un registro de 38 años de sequía. Es el encanto de la fortaleza, un laberinto de fuego para los rivales como el FC Barcelona. Los de Xavi Hernández fueron lapidados en el primer tiempo con un golazo de Munir El Haddadi.
Cuando ya estaban contra las cuerdas y la continuidad del de Terrassa estaba en entredicho, toque de corneta. Algo tiene el partenón que esconde a su particular monstruo del Lago Ness. Una caldera de pasión que ha puesto contra las cuerdas a dos portaaviones como Atlético y Barcelona -596 millones de techo de gasto en fichajes y salarios-.
Pimienta tiene ADN Barça y cuando atisba en el horizonte el escudo del Madrid se pone en modo ganador. Ese gen competitivo le estimula de forma notable en una semana especial. El estratega barcelonés ya encendió el partido en la sala de prensa de Vallecas. Alegato sentimental. Reclama «camisetas amarillas y que no vayan con las blancas». En referencia, a que en el UD-Barça del 4-E se vieron centenares de elásticas azulgranas.
El Madrid va segundo y doblegó al Almería (3-2) con polémica. La baja de Jude Bellingham conforma una de las claves. Ante la ausencia del rostro de los 180 millones -valor de mercado- y que lleva catorce tantos, todos los focos se centran en el brasileño Vinícius.
Será la primera ocasión que el atacante de 23 años, MVP de la pasada Supercopa de Riad, pise el Estadio de Gran Canaria. Ya se midió a la UD Las Palmas en el pulso de la primera vuelta en el Santiago Bernabéu, el pasado septiembre al entrar en el tramo final del segundo acto -regresaba de lesión-. Es el bautizo de Vinícius en el latifundio del Roque Nublo, como ya lo fue Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Benzema, Casemiro, Navas, Modric, o Tony Kroos en el ciclo anterior de la UD en Primera (desde 2015 a 2018). En esos tres partidos de los blancos en Siete Palmas, el técnico fue Zidane.
El contraste entre los 13 tantos encajados en 20 jornadas de LaLiga -que lo convierten en el menos batido-, con los ocho de los tres últimos partidos entre Supercopa y Copa, desnudan una falta de contundencia defensiva alarmante en los blancos. Guerra abierta en la portería entre Kepa Arrizabalaga, que falla ayer en el tanto de Largie Ramazani en el 0-1, y Andriy Lunin coleccionan mil despistes. Thibaut Courtois, Éder Militao y David Alaba se recuperan de sus lesiones de rodilla y se pierden lo que resta de temporada. Rüdiger y Nacho ejercen de centrales. Una ocasión histórica. Un Madrid vulnerable y un hueco en la leyenda.