Paco Cabrera 17/04/2023
Buenos días, legionarios del Lamborghini.
No hay rastro de la UD de los récords. Una victoria en las últimas siete jornadas, once tantos encajados y la desubicación de Pimienta. Tiempo de 'pimientadas'. A falta de seis finales, hay motivos para el pánico. En la tabla clasificatoria virtual de las útlimas siete fechas ligueras -de la 30ª a la 36ª semana de competición-, el cuadro amarillo figura en zona de descenso. Si se amplía el punto de análisis a las últimas seis, ocupa la penúltima posición en este punto clave de la competición. Hay para motivos para alarma.
Desde el 3 de marzo, con el empate (0-0) ante el Andorra en el Nacional -el club isleño jugó 89 minutos con uno más-, se alza el telón macabro de la 'crisis de los 45 días'. Tablas ante el Málaga (2-2), el derbi del chorreo en Tenerife (4-1), en el mayor correctivo recibido por el club amarillo en la historia de los clásicos canarios desde 1954, igualada ante el Sporting (1-1), gloria en el Carlos Belmonte (1-1) con la remontada increíble y varapalos ante Real Oviedo (0-1) y Granada (2-1). Una alegría en siete fechas, seis puntos de 21, once tantos recibidos que dejan al cuadro grancanario como el más batido en el último mes -junto al Ibiza-.
Con 24 jornadas en ascenso directo, 14 como líder, campeón de invierno y 19 porterías a cero, el excelente primer tramo de competición permite ahora a la UD latir en la tercera plaza y figurar a solo dos puntos de la segunda plaza, propiedad del club nazarí. A dos puntos del ascenso directo. La victoria del Levante, esta noche ante el Mirandés, mete al bloque granota en ese paquete de equipos con 64 unidades en la zona de máximo privilegio. La formación de Calleja pasa el sábado por el Estadio de Gran Canaria (17.30 horas) en otra final por la recuperación de la excelencia. Pendientes del recurso de Viera, solo queda despertar por el ascenso directo de forma urgente. Tampoco está asegurada la disputa del 'playoff' de forma matemática, que se convierte en el primer objetivo, así como volver a dejar la portería a cero.
El apego de Pimienta al fútbol de posesión y horizontal ha terminado por convertirse en un elemento dañino. Goles de verbena. Llegan seis duelos para lucir cintura y extraer el máximo rendimiento a una plantilla herida. Hay episodios de exposiciones dialécticas contradictorias entre el preparador barcelonés y miembros del plantel. Visiones opuestas de una misma realidad. Fabio valoró el punto de Andorra como un botín escaso -"hemos perdido dos puntos"-, mientras que para Pimienta competir contra diez entraña algunas dificultades. El pasado sábado, Coco detectó dos versiones de la UD. "En la primera parte no fuimos nosotros, nos pasaron por encima". Para el estratega, "regalamos dos goles, pero no el primer tiempo". Otro desliz dialéctico fue reconocer que se equivoca en cada derrota, aunque no sepa en qué."Cada vez que la UD ha perdido me he equivocado, aunque no sabría decirle en qué", valoró el pasado jueves.
Eric Curbelo y el citado Fabio han desaparecido del once titular. La insistencia por Kaptoum, así como la suplencia de Alberto Moleiro, han sido otras decisiones técnicas que han disparado la polémica. Tampoco se han traducido en puntos. Pimienta es un técnico brillante, que firmó una racha de once jornadas invicto en el cierre de la pasada 21-22. Llevó a la UD de la 14ª plaza a la cuarta. Un salto para la historia y del que no había precedentes. En la actual, acarició los registros de Roque Olsen en la 84-85 y superó a Kresic y Paco Herrera. Pero hay que explorar nuevas vías tácticas. El atasco es incontestable. Cuenta con el respaldo de la cúpula deportiva y directiva. Lo del Levante es una final y una reválida para la coherencia. Se lo debe a una afición de Primera.