Cicatrizar el derbi del chorreo: levantarse para recuperar la dignidad 

Buenos días, legionarios del Lamborghini.

Adiós al derbi. Ni 9-10 ni 0-20. La UD recibió el pasado sábado en el Heliodoro Rodríguez López el mayor correctivo en la historia de los clásicos ante el CD Tenerife (4-1). Nunca había recibido cuatro tantos por parte del cudaro chicharrero y la sangría pudo ser mayor. Mereció ser más elevada si nos atenemos a lo visto en el césped. Ni rastro de la versión apisonadora que ha maravillado en las 32 jornadas computada. A falta de diez finales, el convencimiento de Viera vale de estímulo. "Vamos a subir", realza el Mesías, que poco pudo hacer ante el vendaval de la formación de Ramis, que ya ganaba 2-0 a los cinco minutos de la contienda. Algo inexplicable, algo humillante. El tanto de Waldo, en el 3-0, todavía deja más vergüenzas al aire. Las lágrimas de los aficionados evidencian los centímetros de la herida. Cicatrizar el derbi del chorreo es obligatorio. Hacerlo de manera urgente ante el Sporting de Miguel Ángel Ramírez este domingo en el partenón de Siete Palmas. La temporada 22-23, que estaba siendo para enmarcar, de matrícula de honor, se ve empañada por este borrón.

Una mancha en el escudo. García Pimienta pidió perdón, pero queda como el gran damnificado. Su ceguera ya cuesta puntos. Quince jornadas después, la UD no figura en la zona de ascenso directo. Ocupa la tercera plaza y empatados a 58 unidades con el Granada. Una victoria en las últimas cinco jornadas, es el peor momento de la temporada. 

Los señalados del clásico del chorreo. Nuke Mfulu estira su caída libre. Le falta gasolina. Fue superado de forma clara por Corredera, Aitor Sanz y por el ímpetu de los centrales León y Sergio González. Enric Gallego y Romero competían en un cohete. Las ayudas de Waldo y Garcés -así como de Elady antes de retirarse lesionado-, dejaron al franco-congoleño sin coartada. La primera medida en busca de la regeneración es la titularidad de Fabio González. El de Ingenio se ha ganado ejercer de timonero. El mal momento de Enzo Loiodice eleva el calvario en esa zona de la toma de decisiones. Cuenta Pimienta con diferentes variantes para darle un cambio de cara urgente. Otro nombre que está emergiendo con fuerza y determinación es el de Álvaro Jiménez. Ante el Andorra fue el mejor, y el sábado, bajo el disparate, encendió la luz con un tanto redentor. Solo sirvió para maquillar un resultado que se convierte en el más negativo de todo el ciclo Pimienta. Nunca el preparador catalán había recibido cuatro tantos. Es curioso, la tarde que la UD llegaba con la mayor renta a su favor en la historia de los clásicos (más veinte puntos), deparó en el resultado más humillante. Solo equiparable al 3-0 con Sergio Lobera en el banquillo grancanario, en un derbi que elevó a los altares a Ayoze Pérez.

Cambio de piezas y recuperación del gol. Loren Morón precisa de respaldo. Marc Cardona, el pichichi, acelera su recuperación. Se añora al Sandro de Primera División. Florin aprieta y se deja la piel, pero sigue divorciado con la gloria. La UD se ha mantenido en la carretera gracias a los cañonazos de Pejiño. El resto, la magia de Viera y poco más. Moleiro está obligado, por su clase, a ver portería de forma urgente. Tras 32 jornadas, resulta inadmisible que lleve cero tantos. Una falta de definición que para el internacional sub 21 le está costando acuadir a la selección de Santi Denia -no está en la última relación-. Cabe recordar que para medirse al Sporting, Pimienta pierde a Saúl Coco por el 'virus FIFA'. En el curso del último ascenso a Primera con Herrera, se salvó una fase crítica tras caer ante el Leganés en Butarque. Se tocó fondo. Lo de ahora es una gripe. Ya lo advirtió el gran capitán, "no vamos a tirarlo todo por la borda". Diez partidos y entre siete y ocho victorias para lograr el salto a Primera de forma directa. Del chorreo al amor a un escudo. Lejía y Fairy para limpiar el escudo.

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