Paco Cabrera
31/08/2023
A la expectativa de un último movimiento sin un gramo de ansiedad. Adiós al síndrome del mal estudiante en las oficinas de la UD (en octubre de 2020 se apagaron la luces con la aplicación de un ERTE a Raúl Fernández y Christian Rivera en un portazo surrealista que luego fue anulado). Cierre del mercado sin mirar el reloj y con un gasto de nueve millones (ocupan la 13ª plaza en la relación de la inversión de Primera). A 48 horas de la clausura del período veraniego de refuerzos (concluye la medianoche del viernes 1 de septiembre al sábado 2), los ejecutivos isleños mantienen su estrategia por un central «sin prisas».
A la expectativa, pero con la intención de quedarse con las 24 licencias ocupadas y una libre. El cuadro de Xavi García Pimienta, que acumula diez fichajes en once operaciones –cabe sumar el millón abonado al Huesca por Sandro Ramírez por la cláusula compensatoria por el ascenso–, enamora con príncipes como Julián Araujo, Mika Mármol, Javi Muñoz o el pistolero Sory Kaba. Aún falta por debutar Máximo Perrone, así como se espera todavía la versión estelar de Munir El Haddadi.
La dirección deportiva pío pío, capitaneada por Luis Helguera, y que cuenta con David Rodríguez Deivid y Vicente Gómez de asesores, se ha gastado más que Deportivo Alavés (8,8 millones), Atlético Osasuan (6,5), Granada (5,8), Cádiz CF (3,5), FC Barcelona (3,4), Real Betis (2) o Athletic (0) cuando se encara la recta final. 48 horas, dos jornadas y un escenario de extrema complejidad.
La parálisis del mercado español y el poderío de la Liga de Arabia Saudí, que tentó a Jonathan Viera con un contrato de once millones netos por dos temporadas, han pasado factura a los gigantes de LaLiga EA Sports. La UD se cuela en la aristocracia del talonario y el PC Fútbol en esta edición liguera 2023-24 con las operaciones de Máximo Perrone (cesión del Manchester City con un coste de 2,5 millones), Sory Kaba (dos millones, que se eleva a tres con el salario del ariete), Mika Mármol (1,9 por el 50% del zaguero zurdo), la citada compra de Sandro (un millón), la adquisición de Marvin Park en caso de ascenso (un millón) y los 400.000 euros por la contratación del portero del Cartagena Aarón Escandell dejan la cifra en unos 8,8 millones.
La insistencia por el quinto central con licencia profesional, la UD ya dispone de Álex Suárez (270’), Mika Mármol (172’), Saúl Coco (115’ jugados) y Eric Curbelo (0’), así como Juanma Herzog del filial (0’), obedece al riesgo de perder a Saúl Coco el próximo enero por la disputa de la fase final de la Copa África.Sin embargo, con varios opciones sobre la mesa, «de un perfil determinado»,se contempla la opción de no mover ficha. Ese último movimiento debe contar con el visto bueno del fair-play financiero. La entidad amarilla ya ha inscrito a Marvin Park y solo falta resolver el tema burocrático del centrocampista argentino Perrone. Fichar o no fichar. Un central, sin la agonía de otros veranos. Carente del vértigo de otros. La improvisación pasó a mejor vida.
En lo referente a los minutos de los fichajes, de las diez caras nuevas, todas han debutado menos Aarón Escandell, Cristian Herrera, Marvin Park y el citado Perrone. El resto ha dejado patente su calidad: Javi Muñoz (202’), Mika Mármol (172), Sory Kaba (68’), Munir El Haddadi (180’), Sinkgraven (86’) y el lateral mexicano Julián Araujo (135’). Cabe recordar, que en el caso de Máximo Perrone, puede jugar ante el Girona.
No existe cláusula del miedo, pertenece al Manchester City, y por lo tanto al City-Group –dueño del Girona–, pero en su contrato no recoge la prohibición de medirse a esta nave nodriza del imperio celeste de Pep Guardiola.
La última ocasión que la UD ganó en Montilivi se remonta a 2014, con dos tantos de Guzmán Casaseca (0-2). El cuadro de Míchel ha comenzado la temporada como un ciclón con siete puntos –además tiene seis goles a favor–. Mika Mármol conforma otro de los atractivos de la contienda y su pugna con el ucraniano Artem Dovbyk (de casi dos metros) promete. El central es un negocio redondo. Si mantiene esta progresión, podría ser traspasado por veinte millones –el club grancanario tiene el 50%, el resto del Barça–.
