Buenos días, legionarios del Lamborghini.
El refugio de las matemáticas. Los guarismos de García Pimienta -tres derrotas, 15 tantos en contra y 19 jornadas de 26 disputadas en puestos de ascenso directo- le convierten en el mejor estratega de la UD Las Palmas en las 17 presencias en este siglo en la categoría de plata. Tritura a Sergio Kresic (arquitecto del ascenso del 2000) y a Paco Herrera (ideólogo del salto de categoría en 2015). A falta de 16 contiendas y 103 noches para el cierre del curso 22-23, el ascenso es una cuestión aritmética. La lógica corona a la apisonadora amarilla como gran aspirante y la continuidad de Pimienta viene atada al éxtasis. La oratoria del preparador barcelonés está repleta de guiños a encadenar su tercera campaña en el banquillo grancanario. De la horma del zapato al reino de la felicidad extrema. En el consejo de administración amarillo, presidido por Miguel Ángel Ramírez, solo se concibe un final y un rostro. El Tratado de Versalles de la coherencia.
Con el ascenso, se garantiza el matrimonio con el escudo de toda la columna vertebral de esta constelación de renacentistas. Pimienta, Viera, Moleiro, Sergi Cardona, la compra de Sandro Ramírez (1,5 millones) e incluso resolver los enigmas de Óscar Clemente y Kirian Rodríguez. También cabe incluir la ampliación contractual de las altas invernales como Kaptoum o Loren Morón en la 23-24. Sin obviar, el dato capital de que sin el ascenso, la posibilidad de vender a Enzo Loiodice toma forma. Con el visto bueno de toda la zona de mando del club, subir garantiza un futuro de oro -y un cheque de 40 'kilos' por el contrato de explotación de derechos de TV-.
Mañana, desde las 20.00 horas (LaLiga SmartBank TV), llega al Gran Canaria el penúltimo de la tabla, el CD Lugo del zaguero isleño Alberto Rodríguez -ex de la UD Tamaraceite-. Es el rival propicio para mantener el reinado de plátano. Será la novena ocasión que los gallegos aterricen en el partenón de Siete Palmas y jamás han logrado la victoria -seis derrotas, dos empates-. Con Carrillo como tercer entrenador en esta campaña, se estrenó hace una semana ante el Ibiza con tablas (0-0). El bloque lucense encadena cinco jornadas sin ganar y se aferra a la pegada del ilustre Scepovic tras la marcha de Chris Ramos al Cádiz.
El peligro reside en los compromisos de visitante. CD Leganés (18 de febrero), Andorra, CD Tenerife, Albacete Balompié, Granada, Real Zaragoza y SD Eibar se perfilan como salidas de fuego. Por su parte, de local, más allá del Lugo, luego habrá que rendir cuentas ante Ponferradina (19º en la tabla), Málaga (20º), Sporting (16º), Real Oviedo (12º), Levante UD (2º), Villarreal B (13º) y bajar el telón ante el Deportivo Alavés (cuarto en la tabla), el próximo 28 de mayo.
La gran incógnita táctica late en la derecha. La inclusión de Marc Cardona por el costado diestro ante el Real Burgos en El Plantío sonó a ataque de entrenador. Lejos de ampliar el campo para encontrar fisuras en el entramado defensivo de Julián Calero, solo se generaron ocasiones desde la frontal del área con el tiro al palo de Alberto Moleiro y las dos faltas de Jonathan Viera. El tiro a bocajarro de Óscar Clemente y poco más. Toda la producción ofensiva -doce remates, 64,5 % de control- llegó desde la posesión y el ataque combinativo.No se recurrió a la fórmula centro-remate. Más primitiva, pero más efectiva ante el hermetismo burgalés. Tres pulsos de Pimienta contra Calero con un bagaje pírrico: cero goles a favor y un punto de nueve.
En la galaxia amarilla, dos mimbres que deslumbran como Coco y Fabio. Otro mérito del 'renovado' Pimienta con el ascenso. El estratega barcelonés ha logrado la consagración de la segunda línea. El zaguero lanzaroteño, a sus 24 años, está en el mejor momento de su carrera -es su segundo año en el plantel amarillo tras subir del filial-. Por su parte, el GPS de la UD habita en la sobriedad del canterano de Ingenio. Corte, entrega, dirige...Nuke Mfulu, inédito desde el 22 de diciembre ante La Nucía en Copa, ha sido abducido por los extraterrestres del silencio. Lo único insustituible es la magia de Viera, que pule su versión estelar con el paso de los jornadas. Se reserva para los duelos de época. Imponer el favoritismo amarillo significa otro paso más en la renovación de míster aritmética.