Calero versus Pimienta, la contienda de la mortadela y el frío siberiano

Buenos días, legionarios del Lamborghini.

La UD pisa esta noche el congelador de El Plantío con la misiva de sepultar la vieja maldición siberiana (20.00 horas, LaLiga SmartBank TV) en un duelo de máximo riesgo. Toca lidiar con el síndrome del pingüino. A la formación amarilla, se le dan mal los escenarios inhóspitos como queda patente por sus descalabros en Soria en Los Pajaritos sobre la escarcha (de 2007 a 2013). Pero ahora reina la felicidad. El cuadro de García Pimienta encadena cien días sin perder lejos del Gran Canaria y acabará esta 26ª jornada como líder. Pase lo que pase. Una garantía del trabajo bien hecho. Bajo el manto de nieve, un campo de minas y una jauría de lobos.

El último desliz foráneo aconteció el 29 de octubre ante la SD Huesca en El Alcoraz y este caminar lejos del partenón resulta inmaculado con tres victorias (ante Sporting, Villarreal B e Ibiza) y dos empates (ante el Real Oviedo y Levante UD) en los últimos tres meses. Pero la pista de hielo de Julián Calero es otra cosa. La reválida total. Un escenario diabólico en el que los amarillos no ganan desde 1988 ante el histórico Real Burgos en Segunda. Como nuevo elemento de morbo, la guerra de estilos. La poesía amarilla, con Viera y Moleiro de tenores, ante el músculo del estratega madrileño, que tiene tomada la medida al barcelonés, al batirlo en las dos últimas ocasiones en la Isla en 2022.

El expreparador de los filiales del Real Madrid, que superó un tumor y estuvo en los atentados de Atocha del 11-M como policía municipal, firmó un discurso que se hizo viral en defensa de su propuestas más hermética. "El fútbol no es jugar bonito, debes ser listo y explotar lo que tienes". Y hace unos días, en la previa del pulso ante los amarillos, evocó el mensaje de Simeone y el valor de la pizza. "No debemos olvidar que lo nuestro son los bocadillos de mortadela, que no nos ciegue el caviar [en relación a estar o salirse de los puestos de playoff]".

La clave del éxito reside en la concentración y la capacidad de mantener el régimen del terror defensivo -en Los Pajaritos, con la mitad del campo helado, los patinazos fueron cómicos en los correctivos bajo cero-. La UD, con 14 porterías a cero, es un seguro de vida en este curso liguero. Y vuelve Nuke. 

Arte o cemento. Con Loren Morón en la convocatoria, se presumen la versión de lujo del cuadro amarillo, que salió airosa de su visita a Ponferrada -seis grados de temperatura- en octubre. Otro episodio de éxito contra los pingüinos: con Setién, se inició la gran remontada para conquistar la permanencia en Primera con un triunfo de barro y dignidad en Ipurúa en febrero de 2016 tras el estallido del 'caso Chéster'. Ese 26 de febrero, con un tanto de Bigas de cabeza, se gestó el Renacimiento. Ahora, se retan las dos formaciones menos goleadas (solo 15 tantos en contra) y en una Segunda que no admite concesiones. Levante, 18 fechas sin perder, y Eibar, que fue arrollado por el Deportivo Alavés, aguardan en la segunda y tercera posición, a un punto de la Las Palmas. 

No importa la manera. Ganar es el estilo de esta UD del ciclo de la apisonadora. La jornada 26 debe servir para poner una pica en el Polo Norte. La rueda de prensa es para Calero. El orador de la mortadela y las Biblias del balón se aferra a su verso, a Bermejo y a Fran García. Pero el primer tanto lo ha metido Pimienta, al no tolerar como excusa las bajas temperaturas. El frío polar no vale de salvavidas ni el síndrome del pingüino. "El escenario y las condiciones serán idénticas para las dos formaciones". Con el asunto de la prima por el ascenso aún por cerrar -en 2015 cada jugador se llevó una bolsa de 60.000 euros-, esta noche toca el reconocimiento de los titanes. Tres puntos de hielo que valen de atajo hacia la eternidad. 

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